jueves, 20 de mayo de 2010

Viajes en el tiempo 2






Viernes 8:40, La micro se movía muy lenta, y se subieron las mismas personas de siempre, el mismo hombre con gorro de piel, y la señora que ocupa una bolsa de multitienda para llevar el almuerzo, Alejandro se sentía aliviado, no había logrado hablar con sus padres, pero al llegar lloró lo suficiente, y se sentía aliviado. Quizás la señora tenía la receta no solo de viajar en el tiempo, sino de revivir las heridas pasadas. Sería posible que la mujer tenía la receta subjetiva de los estudios psicoanalíticos. Quien sabe, era sólo reabrir una herida, y no siempre ello es la solución, olvidar es tan bueno como no haber vivído. y quien no tiene recuerdos felices, cree estar viviendo el mejor momento de la vida. la maldita comparación, el blanco y negro de la vida. Por eso Alejandro se sentía mejor al ver gente llorar, por eso su vida era menos miserable cuando veía gente miserable en las calles. La señora era un angel por encontrar caminos directos a epocas pasadas o era satanás por condenarlo a la maldita realidad, es que no hay peor que saberse encerrado por fuera, saber que podrán haber miles de mundos, pero jamás el perdido, el de la infancia, el de los días hermosos.
Mientras cocinaba, vió en la fila de pedidos a la mujer que le convidó el cigarro el día anterior, dejó el tomate a medio picar y se acercó. La saludó, y ella no lo reconoció, Alejandro le explicó quien era y ella sonrojada le agradeció el cigarro, "cómo te sientes ahora", le preguntó y ella dijo que mejor, claro, ella había tomado desayuno tambien en la casa de la viejita. Te podría agradecer el cigarro con un pastelito cuando salgas de tu trabajo. Al salir se encontraron, y comieron, ella era mayor que él.

- me ha causado algo extraño
- tambien fuí a verla, justo despues que tú
- quizás aún no pases por esto, pero fue mi primera experiencia sexual
- lo mío fue una etapa de la infancia, no soy virgen, tuve una novia un largo tiempo
- no fue nada lindo
- yo pediré un té de Berries- contestó Alejandro a la llegada del garzón
- yo mocca y pie de limón, gracias
- yo un tres leches, gracias- miraron caminar al garzón una vez anotados los pedidos
- no dijo nada, quizás era mudo- comentó la mujer, mientras encendía un cigarro- quieres...
- no
- fuí violada por el cura que me preparaba para la primera comunión...- silencio ensordecedor, como si el café completo hubiera quedado en shock-... fue el primero en darme la hostia y en verme sangrar
- lo mío fue menos traumático, mi primer día de clases
- lo tenía superado, fuí a sicólogo, mis padres lo denunciaron, el viejo lo cambiaron de lugar, no tuve relación amorosa hasta los 26, y sexual hasta los 32, me cagó la vida, y no lo olvidé pero lo creía superado, y de pronto estupida veo un aviso y creo que el viaje en el tiempo es hacía el futuro y me meto en zona de derrumbe y se desploma un pasado terrible, y me doy cuenta que hay cosas que no se superan, porque cada día lo incrementan más. No lo puedo superar, jamás podré, el hombre maldijo mi cuerpo, lo condenó a que sienta asco de mi, a que mis manos no sean mis manos, sinó las que él tocó, y mis vellos aún inexistentes, los ensució de raíz. ahora todo está contaminado, ahora no hay hombres nuevos, sino hombres como él, y todos quieren aprovecharse, todos sólo me disfrutaran por sexo, nadie querra la inocensia de una niña, ya no lo soy, porque me obligó a dejar de serlo, y lo peor es que no puedo aceptar que un hombre se exite conmigo, porque no me puedo exitar yo con uno, sólo existen dos polos, y el asexual es el que me da tranquilidad, y son dos polos inexistentes, tengo miedo, soy un bicho, y me creía superada, y esta vieja me ha sacado las tripas y las proyecta en gigante. - silencio de nuevo, solo se escuchan sus suspiros
- todos lloramos igual, bueno o malo
- Hay que matarla
- a la vieja?
- si. con su capacidad puede causar mucho daño a mucha gente

lunes. 8:43
el asunto de matarla no tenía ningún sentido, pero la mujer parecía convencida y con tanta rabia que Alejandro llegó a pensar que sería mejor que le hiciera daño a la vieja que ya no debía quedarle mucho tiempo, que odiar y temer el mundo. le discutió un par de veces el tema, pero terminó aceptando la complicidad. La mujer todo lo planeó y era evidente intentaba evitar modos de prueba en su contra, el plan consistía en que Alejandro debía ir a visitarla, viajaría en el tiempo, y puesto que la viejita era lenta y frágil, debía hacer que en el primer escalón de la escalera la viejita cayera, una de las opciones era romper el escalón, lo cual era dificil porque para eso debía hacer ruido con alguna herramienta, la segunda opción era aplicar algun elemento o sustancia que hiciera que cayera, unas bolitas podía ser, pero el problema es que podían rodar y sería dificil despues encontrarlas todas, y el crimen sería muy facil de aclarar, además que por su lento caminar probablemente antes de pisar con fuerza notaria el pisar de una bolita. Finalmente se les ocurrió algo. Alejandro sólo debía ir a pedir el servicio, y al bajar en uno de los barrotes del pasamanos pondría un alambre mal amarrado que dejara una punta hacía afuera, el alambre como era muy corto sería imperceptible a otros clientes. El mecanismo asesino consistía en que la abuela en algún momento del día iría a comprar, idealmente se necesitaba que comprara carne, sin embargo servían otro alimentos, el asunto es que la viejita, por ser debil, utiliza de sobremanera el pasamanos, y por ende debiera poner la bolsa de la compra en la otra mano, dada la forma de la escalera, al llegar al antepenúltimo escalón, ella rosaría el alambre con la bolsa, rompiedose y desparramando el contenido en la escalera, por su notoria discapacidad visual, era evidente que no lo notaría y al volver a bajar en cualquer otro momento del día caería. Si bien el plan tenía desventajas, como la gran posibilidad de que algo fallara, es decir; que no se rompiera la bolsa, o que el objeto que cayera no fuera resbaloso, o que un cliente recogiera el objeto en el suelo. Tenía la gran ventaja que era muy dificil de dilucidar, ya que desligaba a sus creadores de la acción. y además tenía la ventaja que si no sucedía un día, podría ser al siguiente o al sub siguiente.

martes. 11:30
Alejandro faltó a su trabajo, argumentando enfermedad. La mujer, le dió el dinero para pagar la merienda extratemporal, llevaba en su bolsillo alambre y un alicate pequeño, evitó tocarlo con las manos expuestas, aunque dudaba si se podía extraer huellas dactilares de un alambre tan fino. Subió las escaleras pensando que esa misma visión tendría la vieja y la llevaría a la muerte. Era alrededor de las 12 pm y despues de saludarla le pidió un almuerzo, la viejita sonriente preguntó que quería y luego comenzó a cocinar. Alejandro no quiso acompañarla en la cocina y se sentó en el living a mirar fotografías, ella en silencio se movía de un lado a otro muy lentamente, aveces emitía ruidos que parecían ser murmullos de canciones, un olor maravilloso comenzó a surgir de la cocina, Alejandro sentía mucha hambre y anhelaba estar frente a ese plato lo antes posible, se distraía mirando a personas que seguramente serían familiares que no veía hace muchos años la vieja, quizás incluso muertos, cada foto parecía haber resistido incendios y muchas tardes al sol, Todo debía conocer los olores de cada comida, y cada comida un viaje, esas fotos debía estar llenas de recuerdos de otras personas que se habían sentado ahí y solo con los olores podían viajar. La abuelita abrió la puerta que daba al living, mientras una nube de vapor casi la empujaba, le dijo que estaba listo y lo invitó a pasar. Alejandro le dió las gracias, entró y se acomodó en la silla de madera y mimbre, la vieja salió y los olores se fueron adueñando con fuerza de la visión de Alejandro: "Una parra llena de uvas rosadas, su abuela cocinando seguramente el mismo plato, su madre le ayudaba picando cebollas, unos niños que no sabía quienes eran jugaban con una saltarina, se la lanzaban por el aire, sin importarles la uva que caía y quedaba aplastada. Estaba sentado en el barro y no le importaba la humedad, aún usaba pañales y eran más sensaciones que pensamientos, Su padre dormía en una hamaca, y mucha gente que nunca más vería daba vueltas , sonrían y conversaban en la casa del campo de la abuela. El abuelo aún vivía, y se acercó y lo recogió del barro, lo llevó a la pieza y sin avisarle a nadie lo mudó, luego cargandolo en brazos lo llevó a su taller, ahí le contó un cuento, aún suponiendo que no lo entendía, luego le sacó una foto, que luego sería considerada reliquia por la familia, y más tarde motivo de separación debido a que todos la pretenderían. El abuelo leyó el Gigante Egoista, al terminar Alejandro vió que los ojos del viejo se mojaban, y como hablando sólo le dijo,"Yo soy un gigante egoista, este será el unico recuerdo que tendrás de mí, eres tan lindo, y me alegro que la familia siga creciendo, vas a cuidar a tu mamá, la protegerás del loco de tu padre, cuidarás a mi vieja, y tendrás esta foto que será nuestra", despues volvieron a la cocina y comieron, La abuela le dió una papilla con sabor a mantequilla, (que quizás era ese realmente la esencia del sabor de la comida que ahora se le presentaba), despues se durmió muy placenteramente entre olor a uva pisada y descomponiendose. Una semana más tarde el abuelo se suicidó, dos semanas despues supieron que tenía cancer y 3 años despues que tuvo más hijos por otra familia. El recuerdo se presentaba tan nítido, abriendo espacios perdidos, entendiendo que la foto finalmente debía ser suya, que el abuelo era un hombre bueno, y que ser niño es el mejor estado en que se puede vivír. Terminó de comer y salió de la cocina de nuevo con los ojos brillantes, se acercó a la vieja, y le dijo que le pagaría. Tenía para ella 8 mil pesos, pero la viejita no se movió de su sillón, continuó tejiendo, como ocultando el rostro, Alejandro se acercó un poco más y sorbetiando los mocos le repitió la paga, la viejita como sacando fuerzas, dejó a un lado los palillos, y se puso de pie, recibió el dinero, siempre con la cabeza gacha y lo despidió. Parecía aproblemada o avergonzada. Alejandro recordó que era el momento de bajar y poner el alambre. Se despidió, pero como no hubo respuesta comenzó a bajar, al ir en el 3° escalón escucho que la vieja lo llamó, asustado miró atrás, y algo le hiso pensar que ella sabía de los planes, pensó en escapar, pero la voz parecía tan suave que no podía ser para encararlo. Subió los escalones y se encontró con la vieja en la misma posición, pero con una sonrisa y lágrimas, lo invitó a sentarse a su lado, Alejandro muy lentamente caminó hacia ella, se sentó y ella despejó los objetos que estaban alrededor.
- Debo decirte algo muy importante- parecía como si de un momento a otro algo los uniera inmensamente, y ella ya no le hablaba como a un cliente. Si bien la viejita daba la sensación de ser la abuela de todos, ahora era distinto, era como si fuesen amigos. Alejandro la miró, como asintiendo e invitandola a que dijera lo que debía decir
- Quizás tu no lo sabes, quizás no me reconoscas
- ¿Me conoce?
- si
- ¿es amiga de alguien de mi familia?, ¿sabe algo sobre mi infancia??!- y sentía que era tan evidente, por eso ella podía transportarlo a lugares tan especificos
- no, de tu familia no, pero sí de tí
- ¿sólo a mí me conoce?
- sí, pero hace mucho tiempo
- ¿yo era chico?
- no, eras mayor que yo
- ¿cómo?
- Nosotros... tú y yo ...
Se detuvo como llegando a la cima de una loma, y cargando fuerzas para luego hacer la caída libre.
-... tu y yo hemos estado juntos en otras vidas
- reencarnación?
- sí!
- En una vida pasada estuvimos juntos?
- en varias...
- ¿cuántas?
- has sido mi padre, hemos sido hermanos... En la anterior fuí hombre vivíamos en Tenoshtitlán, Fué hace un par de siglos, durante la conquista Española, en el imperio Azteca, tú eras mi mujer, tuvimos 4 hijos, y dos se murieron durante tu embarazo- Alejandro la miraba desconcertado, era como si le estuvieran diciendo todo su destino a través de las vidas anteriores, podría ser que esa vieja estuviera en lo cierto o sabía de su intensión de matarla y trataba de persuadirlo o estaba completamente loca. Las tres posibilidades le parecían tan posibles, que hasta podrían ser las 3 ciertas.- Cuando envejecimos ya no tuvimos fuerzas para resistirnos a los militares españoles, finalmente nos mataron, a mi de un balazo a tí 3 años más tarde con un golpe en la cabeza. Para esta vida nos tocó estar separados, pero es circunstancial, quizás este sea nuestro unico contacto, pero en la próxima vida estaremos juntos, y quizás esa vez sea la última, quizás no convirtamos en uno sólo, para luego pasar a ser árcangel.
Ella hablaba con una sonrisa llena de tranquilidad, se veía desahogada. Qué contestar ante palabras que no alcansaban a ser relevancia de un momento ni de una etapa de la vida, sinó ser una revelación de toda la existencia de un alma. Cómo decirle a ella que no creía en reencarnaciones, si ella no se lo preguntaba, sino que lo aseguraba, era una confesión. Quizás el momento más importante en la vida de la anciana, como negarle esta fantasía, si es que era fantasia, como saber si realmente era cierto, ¿acáso se necesitaban pruebas para poder creerle?.
Tenía ojos lagañosos de las lágrimas que cayeron al recordar su infancia y ahora los ojos sentían una extraña sensación mezcla de emoción y miedo, es que quizás por eso ella lo conocía, pero eso ella podía permitirse llegar con tanta exactitud a un momento determinado de su vida.
- La primera vez que viniste te reconocí, pero no fuí capaz de decir nada, esta vez tambien me hubiera callado, pero en tus ojos supe que sería la última vez que nos veríamos, y no podía dejar pasar. Quizás en este momento da lo mismo, de todos modos yo moriré pronto y tú aún eres joven, en esta vida este será nuestro único contacto, pero en la vida que viene estaremos juntos, es la ley, sólo una vida podemos tener la distancia que ahora hemos tenido. Hubiese querido que hubieras nacido antes, pero la ley fue esa. Sólo me alegro de haberte conocido, y saber cual fue tu representación fisica en esta vida. Para la proxima vida ya nos habremos olvidado y no sabremos que nos conocidmos de esta forma, será empezar de nuevo, pero seguramente el destino nos unirá más que esta vez.
Terminó de hablar porque los sollozos la avergonzaban y Alejandro la miraba, sino convencido, aceptando las palabras de ella, se acercó y la abrazó como hubiese deseado abrazarla la primera vez, y al cerrar los ojos y sentir su fragil cuerpo, fue como si ella hu8biera alcanzado todos los abrazos que siempre deseo dar, fue como si un sólo corazón latiera al unísono, era como encajar dos piezas rotas, los ojos cerrados y ya no pudo creer que abrazaba a una anciana, entre sus brazos tenía el amor de su vida, entre sus brazos tenía la belleza del mundo, la poesía de las mañanas, la plenitud de la eternidad, Pensó en besarla, pero no era necesario, sabía como sería cada parte de su cuerpo porque era la continuidad del suyo. y sabía que todo lo que pensara en ese momento mientras la abrazaba, ella lo sabía, porque era lo que pensaban siendo un solo ser.
Se separaron y sin decir nada Alejandro se alejó de ella, bajó las escaleras y corriendo se fue a su casa, no se dió cuenta de las esquinas ni los cerros, corrió. LLegó a su casa, se tiró en la cama y mirando el techo entendió la plenitud.



miercoles 6:30
No sonó el despertador, aún no era la hora de ir a trabajar, ni era necesario que algo lo despertara, no había podido dormir en toda la noche, estaba tal como se había quedado al llegar, la polera estaba seca de la transpiración del día anterior, nada había comido desde esa última comida. Sabía que ese día no iría a trabajar, no tenía ningún sentido, parecía que muchas cosas perdían sentido, debido a que sólo había una razón para vivir, era esa plenitud encontrada. De nada había servido haber creído querer a Sofía, ni haber creído que tal música podía haber sido hermosa, jamás nada lo podría volver a llenar como ese abrazo, y nadie entendería si decidiera cambiar su vida, y pensar en explicarlo era grotesco.

7:20
La mañana estaba más helada que los días que había recordado anteriores, aún estaba oscuro, y la micro iba vacía, el chofer se cubría con una bufanda y gorro de lana, tenía aspecto de pescador, sólo iban los dos, las calles pasaban veloces, mucho mas veloces que de costumbre, el mar se veía estallar en una sombra fantasmal. Nunca la vida le había parecido tan hermosa, sabía que los padres hablarían de esto en algún día, pero pensó que jamás lo podría explicar, sólo pocas palabras de referencia les servirían para entender un acertijo. Su corazón latía con calma y su rostro tenía la alegría de quien ha encontrado la vida. La micro se acercó al aviso, lo leyó una vez más "Viajes en el tiempo a travéz del estomago", bajó de la micro y subió las escaleras, había un letrero que decía "a partir de las 8:30 se atiende", pero claro, al llegar al más alto escalón la puerta abrió sus cerrojos y apareció la vieja. Vestía de dormir, pero eso no importaba, no había belleza en ella ni en él, había plenitud de un encuentro, ella lo dejó entrar, él pasó sin que ninguno dijera una palabra. Sabían su destino, caminaron juntos sin tocarse hasta la cocina, este mundo no podrían estar juntos, eran muy distintos, se sentaron cada uno en una silla de madera y mimbre, un largo rato en que se miraron con ojos ciegos, pues la realidad no era lo que importaba, entonces ella se levantó, dió el gas y volvió a su asiento. Se tomaron de la mano y permanecieron ahí un largo rato, hasta que sin darse cuenta se desvanecieron en la espera de la que sería la última de sus vidas juntos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Viajes en el tiempo 1


"Viajes en el tiempo a través del estomago"
Martes, 8:45. La micro se detuvo en un paradero que coincidió con la luz roja, quedó frente al cartel hecho a mano que permanecía pegado con scotch en la ventana de una casa segundo piso en alguna esquina de Valparaiso. En la parada subieron dos mujeres, una colorina y una rubia, la colorina se sentó detrás del chofer, la rubia caminó por el pasillo y se sentó adelante de él. Durante los 30 segundos Alejandro intento explicar el anuncio, al partir la micro los hombros de la rubia se levantaban con cada respiración, despues de unas cuantas cuadras recien fue notorio su llanto al sacar un pedazo de papel higiénico de su cartera, No era linda, pero una persona que llora siempre llama la atención, Todos creen poder ayudar, todos se sienten un poco superior por no estar llorando. Nadie la había notado, sólo Alejandro, pensó en sentarse a su lado y hablarle, era mayor, él con 19, representaba 16, y ella representaba 40. Otros problemas, pendejito tierno, gracias por intentar ayudar a esta vieja, una escena patética pero por suerte aún evitable. Se quedó quieto en su asiento y miró por el empolvado vidrio, ofertas de completos, cervezas a 1900, era tarde para el trabajo, curiosidad por la señora, puso el Discman, dió dos vueltas el cd y la pila como muerte agonizante dejó de dar fuerzas para girar, el disco de Paris Combo se quedó sin sonar, que lástima, un buen día de invierno se comienza mejor con Seus la lune, y la rubía parecía poesía entre la neblina matinal y el encierro individual de cada uno en esa fría y pequeña micro, el olor a puerto en la mañana es el olor de todos los puertos del mundo, con las miles de despedidas, eternas y pasajeras, Valparaiso amanecía cada mañana para nunca terminar y Alejandro iba a trabajar, hubiera querido trascender, quizás lustrar botas, o vender flores, contarle a sus nietos que fue poeta, pero en cambio se dirigía al Jumbo para atender un local de comida rápida. Que dignifica la callampa, los trabajos te hacen entender que no eres nadie, se dijo, pero al volver a oír suspirar, se acordó que se sentía un poco mejor, al menos no lloraba, al menos no tenía pareja con quien tener conflictos ni padres enfermos ni mascotas qué perder, No tenía mucho pero eso le permitía arriesgar menos. Cruzó el Mercado, se puso de pie y tocó el timbre, se despidió de la rubia simbólicamente, le deseo alegría y caminó al trabajo. Otro día detestable.
Jueves, 8:50. Se había quedado dormido, y se bañó tan rapido que la ducha no alcansó nunca a ser agradable,cinco minutos tarde no debieran molestar a nadie, el mismo recorrido, las mismas paradas, dos personas conocidas de vista subieron a la micro, todos los días la rutina, todos los días la poesía desperdiciada de Valparaiso. Debieran ser cada mañana como el primero que pasé, cuando estaba enamorado, y el Muelle Barón fue el escondite para pasar una noche de verano, nos abrazamos y nos dimos calor mutuamente, nunca tirité tanto, nunca alguien me dió tanta seguridad. El mismo cartel de los viajes en el tiempo. La micro se detuvo justo en frente, pudo ver que en la ventana del anuncio había gente en pie, y le llamó la atención, la mañana no parece adecuada para viajar en el tiempo, subió un hombre gordo con aspecto de compadre moncho, camisa abierta pese al frío de invierno en puerto, cadena de oro, y lentes oscuros, ocultaba su llanto, las lagrimas gruesas que corrían por su reseca piel lo delataban. Se sentó en el mismo asiento pero en el otro pasillo. Alejandro lo miró de reojo, evitando causarle molestia a un hombre bien hombre que llora en una micro. Borrachera de esas malas, pensó, pero quien sabe, un macho de estos no llora por nada."qué edad tienes, hijo", le preguntó de un lado a otro el hombre.19 respondió Alejandro, con rostro serio. "Disfruta la vida, cuando tuve tu edad fuí feliz, disfruta tu vida, cada día no vuelve" Dijo y miró por la ventana con un gesto que podría haber parecido desprecio de no haber caido como un desplome en lágrimas, se cubrió la cara y se permitió llorar con solllozos sonoros. Alejandro tambien corrió la vista hacia el vidrio para no incomodar. El sonido del motor acelerando era la banda sonora para la intimidad. "No llegues a mi edad creyendo ser algo que nunca fuiste". Alejandro quiso abrazarlo como si fuera su padre, pero jamás abrazó a su padre y no sabía como abordar a un hombre. Se fueron en silencio hasta que debió bajar, se puso de pie, y le tocó el hombro, el hombre le tomó la mano, y aún llorando se la apretó como entregando una llama. Entró al trabajo, hiso 80 hamburguesas con nombres en ingles y salió cuando ya comenzaba a oscurecer.

Miercoles. 8:39, Los días anteriores se fue en la micro solo, el frío era más frío si nadie tomaba la micro. en el fin de semana siempre veía gente que se dormía en la micro, y pasaba de largo, él iba cuando los otros volvían de quien sabe qué noche. Aveces se sentía triste, no bebía hace más de un año, de cuando aún tenía pareja y creía poder estudiar Trabajo Social, ahora su vida era un trabajo de mierda y una relación distante con padres juntos, pero sin comunicación entre ellos. Volvió a ver el letrero, miró el reloj, y se prometió al día siguiente salir mas temprano de la casa y bajar sólo a preguntar de que se trataba los viajes. Nadie subió ese día en ese semáforo, nadie lloraba ese día, quizás por eso se sentía triste.

Jueves 8:20 La micro, una mañana menos fría que las otras, el sol brillaba hermoso, el eco de la ciudad que despierta era tan frío, miró el mar y pensó que no estudiaría nunca, el destino debería ser viajar, si habían barcos, si habían trenes y buses, él no debería ir a encerrarse a ese local con olor a grasa. Luz roja, el anuncio de siempre "Viajes en el tiempo a través del estomago" de pie, tocó el timbre y al bajar en el paradero una mujer de pelo negro ondulado lloraba en el paradero. Se sentó junto a ella, estaba muy helado "Quieres un cigarro" le dijo, ella ocultaba su rostro, de algún modo se sentía familiarizado con los llorones, "Te lo agradecería" recibió el cigarro, Alejandro se lo encendió y no quiso hablarle de nada. "¿Necesitas algo? o prefieres que me vaya". Gracias, le dijo ella, quien sabe, nadie tiene quien lo escuche aveces. Guardó el encendedor y caminó. Subió las escaleras, ya de hace días que no salía con el discman, se preguntaba cual había sido su último disco favorito y de tanto tiempo que la música no le daba sensaciones nuevas, quizas el último fue ese de Elliot Smith que le regaló Sofía, quizás sólo le gustó por ella. Golpeó tímido, podría no haber nadie. Le abrió la puerta una viejita de unos 60 años. "Viajes en el tiempo", dijo él a modo de pregunta, ella sonriendo le dijo que si, lo invitó a pasar
¿Como es eso?, ella sonrió y le dijo, "es solo una manera de decir, yo hago comidas, lo que tú quieras, no soy cocinera, sólo hago comidas, dime hijo qué quieres comer" él la miró sonriendo algo arrepentido, tenía 30 minutos para estar ahí, y no tenía hambre, parecía haberse equivocado, el nombre resultaba más atractivo que lo que ofrecía "es temprano, mmm, un desayuno," "con qué lo quieres?" no lo sé, dijo mientras analizaba el lugar, era una casa de material ligero, llena de cuadros y fotografías, "podría ser pan con mermelada", ella sonriendo siempre, caminó lentamente hasta la cocina y lo invitó a pasar. "Luego me pagarás si es que crees necesario, y tú pondrás la cifra", entraron a una cocina estrecha, con una mesa y una silla de madera y mimbre. Alejandro se sentó y ella puso la tetera, comenzaron a hablar, Alejandro insistía en saber datos sobre la falsa publicidad de viajes en el tiempo, ella le dijo que no sabía nada, era analfabeta, su nieto había hecho el anuncio, ella sólo sabía cocinar. Se movía de un lado a otro, como ocupando más ingredientes de los que se necesitan para un desayuno. a Los 15 minutos le puso una taza blanca sobre un individual, y unas tostadas con mermelada. y un plato con ciertas frutas, parecía ser un pastel "Estaré en la pieza del lado" le dijo y salió, él se quedó solo en la cocina y comenzó a comer. Miró cada uno de los alimentos, como tratando de distinguir qué comía. En la primera mordida de la tostada, un extraño recuerdo, Era el primer día de clases, su madre lo había despertado a las 7:40, pero desde las 6 que no podía dormir, se puso por primera vez un uniforme que no sabía que nunca mas se podría sacar, el olor a goma de los zapatos nuevos era como hacerlo sentir adulto, las camisas tenían olor a tienda, y la corbata era hermosa, tan responsable, se veía tan elegante, habia tanta energía y miedo. El desayuno fue leche con tostadas con mermelada, era la misma comida, el mismo olor a membrillos de marzo, el mismo olor de la mañana humeda y putrefacta de Talcahuano, comió rápido y abundante, pidió un pan más, la madre se lo hiso mientras le hacía la mochila, Era roja pequeña y con olor a plástico, le guardó un plátano, una manzana, un jugo sabor naranja y dos galletas de mantequilla, sólo llevó un cuaderno Mistral de 60 páginas con corchetes, forrado en Nylon verde con una etiqueta que mas tarde sabría que decía Alejandro Primavesi. Al llegar al Kinder habían varias mamás con sus hijos, lo recibió la tía Paula y los invitó a sentarse, las madres no entraron a la sala, sólo los miraron desde la ventana, Alejandro miraba a su mamá y la saludó, ella le enviaba besos, era aquella epoca en que hablaban más y se besaban mucho, el padre no estaba porque en ese tiempo trabajaba de nochero en el puerto. La mamá aún creía ser una pequeña familia feliz, aún no se enteraba de la infidelidad de su esposo, aún no venía el aborto por golpes del que sería su segundo hijo, En ese tiempo ella lo recibía con cariño, y Alejandro oía a través de las delgadas paredes cuando se besaban, el padre tambien se atrevía a darle cariños y jugar con él, más tarde la culpabilidad le impidió mirarlo a los ojos, se fueron volviendo extraños. Terminó de comer y abrió los ojos, como si no los hubiera abierto desde hace mucho tiempo, miró alrededor y la cocina le pareció el lugar donde siempre debía haber estado, los vidrios estaban empañados y su vista tambien, una estela de lágrimas no le permitían mirar con claridad. abrió la puerta de la cocina y estaba la vieja tejiendo, quiso abrazarla, pero apenas la conocía, pensó en volver a abrazar a sus padres, hablar, quizas perdonarlos. Le pagó 3 mil pesos, que era lo que creía correspondía por la comida.
Se fue como aturdido sintiendo ser un fantasma, se sentó en el paradero, esperó la micro y se dió cuenta que le quedaban 5 minutos para llegar al trabajo, se decidió no ir. Con 19 años, y una familia disfuncional, no necesitaba el dinero de un día de trabajo, necesitaba el cariño de alguien, pensó en ir a abrazar a sus padres, en contarles que aún se acordaba. La mañana al fin alcansó la poesía de Valparaiso, tomó una micro hasta Laguna Verde y se quedó durante horas mirando como las pequeñas olas reventaban en la arena, sentía que el mar lo acompañaba, el viento lo limpiaba de todos los males, sintió la enorme necesidad de una pareja a quien contarle los asuntos. Volvió a su casa a la misma hora de siempre, como una jornada de trabajo. Se durmió

martes, 18 de mayo de 2010

El panadero 2






Desde el día del asalto que se sentía seguro de sí mismo, le tenía menos miedo al mundo, y era más protagonista de la vida, sin embargo acostado sobre su cama, sabía que algo debía hacer, no encontraba trabajo y era urgente, en su casa se sentía estorbo, y su madre contaba con los 30 mil mensual que solía poner y hacía notar su necesidad, sin embargo no paraba de pensar en como saldar la deuda con Jacinto, si bien devolver el carnet era para pagar la confianza que le había recobrado a si mismo, ahora se sentía en deuda por causarle daño a un hombre feliz.
Esperó la noche, por suerte en Agosto oscurece temprano, faltaban 15 minutos para el toque de queda, y la farmacia comenzaba a cerrar. Pensó que esto podría ser la linea divisora entre un antes y despues, quizás era tomarle el codo a la suerte. se persignó como rito comprobado, bajó el pasamontañas, empuñó el cuchillo con la izquierda, y el martillo con la derecha y caminó con decisión.
"Al suelo mierda" y un martillazo en el mostrador terminó de alcanzar la atención que pretendía. Los tres empleados hicieron caso. Luis saltó el mostrador tomó el dinero, aspirinas, condones y remdio para niños, que eran las cosas que estaban más a mano "donde guardan la insulina, carajo", uno de los empleados llorando indicó. Luis miró en la dirección, pero todo le parecía igual. "pasamela conchetumadre", una mujer, aparentemente mas debil, pero que no lloraba se puso de pie y le mostró cual era. Abrió una bolsa de supermercado y la llenó hasta donde más pudo. Saltó el mostrador de vuelta y cuando se disponía a correr, se detuvo, miró a los 3 empleados, y dijo. "Lamento haber sido violento, si tuviera la certeza que los empleados no defenderán con su vida el dinero del jefe explotador, les prometo que sería mas amable. No llore señor, que esto ya terminó. Adios" y corrió, encontró un sitio oscuro y se quitó el pasamontañas, caminó con calma media cuadra. se dió vuelta la parka reversible, metió la bolsa dentro de otra bolsa distinta y caminó con calma hasta su casa, sintiendose feliz.
Había alcanzado 540 mil pesos, y era lo que hubiera ganado en seis meses de trabajo. pensó que con eso podría engañar a su madre por seis meses. Sin embargo la mayor alegría era haber conseguido la insulina. No tenía idea cuanta necesitaba un diabético, pero imaginaba que con lo que había conseguido era suficiente para varios años.
Esa misma tarde fue a casa de Jacinto y dejó un frasco de insulina. pensó en escribirle una confesión, pero despues pensó que no servía de nada. Se limitó a envolver el frasco en una bolsa de papel y afuera escribir, "Muestra Gratis, regalo de laboratorio Sinclair".
Encontré trabajo en una Amasandería, su madre sin entusiasmo le dijo "ya era hora",ninguno se miró, Luis a su pieza, su madre a la cocina, sólo se reunían al almuerzo y ponían las noticias, para no tener que conversar, el Gran tema eran las elecciones. Ninguno hablaba de política, la madre por que no sabía y la televisión le decía que Pinochet había liberado al país del marxismo, y Luis porque no confiaba en nadie, mucho menos en su madre. Por las noches se acordaba de su padre y le encontraba razón de haberlos abandonado, yo tambien la abandonaría si tuviera un familiar, y a los 30 ya soy muy viejo para escapar como un adolescente, no tengo nada; ni profesión, ni seguridad, ni dinero, ni dignidad. Casi toda la culpa es de ella. Se lamentaba acostado en su cama, en la calle escuchó unos bombazos y deseó con fuerza que cayera una bomba en la casa. Pero no cayeron ni bombas ni nada que pudiera cambiar el destino, ni para bien ni para mal, "otra prueba de la no existencia de Dios", se dijo, pese a eso, las dos veces que se había persignado le había ido bien, se arrepintió y pidió perdón a Dios, mejor tenerlo de buena, pues no confiaba en su madre, ni en los policias, ni en la sociedad ni mucho menos en los que eran igual a él, estaba solo en este mundo, y prefería tener a Dios, fuera o no real.
Ala semana siguiente acudió de nuevo a casa de Jacinto, le dejó otra Dósis de Insulina, con la misma nota, eso lo hacía sentir mejor, Aún sin saber cuanta Insulina se necesita ni cada cuanto tiempo , le estuvo dejando semanalmente un frasco durante 5 meses. Era la única labor que se había dado, pues ni se había dedicado a buscar trabajo. El tiempo había pasado, y con más tiempo para andar en la calle más plata se le iba de lo normal, muchos helados, completos, peliculas y cigarros, se había gastado los 540 mil, y acostado en su cama pensó lo más simple, volver a robar, el proximo golpe debería ser similar al anterior. Robar un banco era regalarse, un supermercado igual, debía encontrar un lugar relativamente pequeño, que recaudara una cantidad decente, y que no estuviera lejos. La botillería. Los unicos dos golpes que tenía por experiencia habían sido sin gran programación. Decidió hacer lo mismo con el tercero, pero olvidó que la tercera es la vencida. Un martillo, un cuchillo, "al suelo mierda", nadie se movió, un cliente borracho porque sus sentidos trabajaban lento, el vendedor por costumbre, sólo estiró la mano, sacó un revolver y sin titubear le disparó certeramente en la pierna. Luis podría haber muerto, pero la mala suerte lo delató. 5 años y un día por cuasidelito. Su madre no lo fué a ver, ni nadie. La policía le preguntó a su madre por la insulina, ella respondió que su hijo seguro lo consumía como droga, por eso hacía esas cosas, la policia no entendió esa extraña relación, no había porqué pensar en este mundo que un ladrón robara para regalar. Jacinto dejó de recibir medicina, quien sabe, quizás nunca la utilizó por desconfianza, pues en este mundo había que desconfiar de todos, hasta de los presuntuosamente buenos. Este mundo estaba extraño. Quien iba a pensar que a los 5 de cumplida la condena el mundo se volvería peor. La dictadura quedó en las libertades internas, el cuerpo se volvió prisión en todos. Luis no lo supo, el sistema se encargó de encerrar a todos los que encontraron la forma de ser libres a pesar de las vidas.